Durante el proceso en terapia, como psicoterapeuta hago preguntas. Mis colegas las hacen, Mi propia psicoterapeuta me las hace.

Son preguntas abiertas, confrontativas y es justo la intención. Estas preguntas tienen como primera finalidad obtener información del paciente y además tienen como un fin mucho más importante que el(la) paciente comiencen a ver de otra forma lo que les está sucediendo.

Igual, lo más sencillo es tomar literalmente la pregunta y verla como un “mi terapeuta me dio permiso”.

¿Quién puedo ser yo, por ejemplo, para darle permiso a un paciente de que haga o no alguna cosa? Es una salida fácil.

Me ha tocado ver muchas veces en mis pacientes, en mi propia familia, en otros pacientes, en amigos, gente que simplemente, se quedan en la pregunta y no ven por dentro de ellos. Es parte de mi labor, rectificar eso. Que se promueva la introspección, la responsabilidad.

He escuchado tantas veces gente ir a pedir el divorcio porque “mi terapeuta me lo dijo”, “mi terapeuta me lo hizo ver”. Otras tantas de personas que hacen lo que quieren por las mismas razones descritas. Chic@s molestando a sus herman@s, a amig@s. Padres queriendo vivir las vidas de sus hij@s o simplemente tratar de vivir lo que no han vivido, a costa de otros, sin asumir la responsabilidad de lo que hacen o de lo que dejan de hacer.

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